En las elecciones de Michoacán los sicarios ya han depositado de antemano su voto y expresado su voluntad asesinando al Edil Panista de La Piedad, Ricardo Guzmán, por haber traído al municipio a las fuerzas federales.
Como en otras partes de la república, especialmente en Veracruz, Coahuila y Tamaulipas, el crimen organizado prefiere al PRI y al PRD, pues con el PAN parecen no encontrar negociación alguna.
Y mientras el PRI y el PRD aprovechan la ocasión para censurar la estrategia federal contra el crimen y culpar de todo lo que sucede en sus entidades al ejecutivo federal, sus gobernadores permanecen en su mayoría inamovibles frente a la criminalidad y los asesinatos, el secuestro, la extorsion y el robo se han vuelto parte de la cotidianidad de sus comunidades.
Es triste que todo México seamos testigos de un congreso de la unión que por un lado no hace nada para aprobar reformas en materia de seguridad que permitan el mando único y la eliminación de decenas de miles de policías municipales y estatales corruptas y coludidas con el crimen, por el otro lado defienden a narco diputados como Godoy Toscano, hermano del Gobernador de Michoacán, con innegables y comprobadísimos nexos con una de las bandas del crimen organizado mas sanguinarias que jamás han existido en nuestro país. Así el congreso de la unión, el mismo de Manlio Fabio Beltrones y de Alejandro Encinas, especulan con el azote de la violencia en el país apostando a que redundara en un colapso electoral del panismo, así sacrifican la seguridad de la gente en aras de sus mezquinos intereses políticos.
En Michoacán el crimen organizado no desea que el PAN gane, quieren amedrentar a la población y a los candidatos y representantes de casillas del PAN y están dispuestos a asesinar para lograr sus propósitos.
Una multitud salió a las calles el día de ayer a despedir a su alcalde asesinado por los sicarios y el próximo trece de Noviembre los michoacanos tienen una cita con las urnas. Los costos para los partidos que han especulado con la seguridad de la gente serán altos, proporcionalmente a su mezquina actitud política.
