La hipengiofobia es el miedo a realizar o llevar a cabo nuestras propias responsabilidades. Hace mas de dos mil años los griegos acuñaron este termino para identificar la conducta evasiva y el temor que algunas personas profesaban cuando debían asumir sus responsabilidades y deberes.
La clase gobernante de México ha tradicionalmente mantenido una cultura de evasión de la responsabilidad y el deber.
Cuando los secretarios de un gobernador o alcalde son pillados con las manos en la masa, la actitud típica del político Mexicano es simplemente alegar un complot en contra de ellos, una campaña negra, hacerse las victimas, hacerse los ofendidos e intentar navegar las aguas de la confusión para no tener que pagar por sus fechorías, su negligencia o su permisividad.
El gran acróbata del escapismo mexicano, Moreira, nos brinda un claro ejemplo en los hechos recientes del exorbitante endeudamiento del estado de Coahuila, cuando se le ha cuestionado al respecto, se ha hecho el ofendido.
Otro gran escapista no menos megalómano declaro hace ya varios años que había un complot contra el cuando se pillaron en video a sus secretarios de gobierno recibiendo sendas bolsas repletas de dinero de empresarios coludidos con su corrupta administración. Es fecha que esta convencido de que todo fue un complot en contra de el.
Salinas de Gortari ha vivido en la negación permanente de sus responsabilidades en la enorme crisis económica, devaluación y desempleo que sufrimos en el 94 a días después de recién terminada su administración. Es fecha que no admite su responsabilidad y entre el y Zedillo se han pasado la bola todo este tiempo. Nadie nunca fue llamado a cuentas, tuvimos una terrible crisis que empobreció a decenas de millones de mexicanos y es fecha que no sabemos porque o quien cometió esos graves errores que arrodillaron la economía de nuestro pueblo.
En días pasados en la XXXI Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública tuvimos la oportunidad de escuchar gobernadores negándose a cumplir con su responsabilidad, su deber, con las demandas de seguridad de la ciudadanía y depurar sus policías estatales, argumentando todo tipo de excusas para evadir su responsabilidad de hacer valer la ley, crear policías honestas y profesionales y proteger a sus constituyentes de las bandas criminales.
Este abandono de las responsabilidades de un gobernante como son la seguridad de sus comunidad realmente hiere y lastima a nuestra sociedad, la condena a ser presa fácil de bandas criminales que utilizan a las fuerzas policiacas locales como socios en el crimen. Es un abandono de responsabilidad con enormes costos sociales. Es un crimen que estos cobardes gobernadores continúen en sus puestos sin mover un dedo para cumplir con sus mas fundamentales responsabilidades.
El Presidente Calderon ha hablado de una crisis mayor en materia de seguridad que se viene, porque la criminalidad es capaz de cambiar rapidamente, de volverse mas violenta y copar a las autoridades facilmente y la unica via para poder enfrentar este enorme reto es tener policías confiables.
Pero nuestros gobernadores sufren de hipengiofobia, porque de que otra forma es posible explicar que después de años de haberse establecido parámetros y objetivos claros para que nuestros gobernadores depuraran las policías estatales aun no hay avances, mientras los criminales azoran a la población, y hay gobernadores que al paso que van terminaran de depurar sus policías en doce años!!
Hay elecciones en puerta, es preciso educar a la gente a nuestro alrededor, concientizarle acerca de la pertinencia de elegir políticos que sean responsables que confronten los retos y la problemática que azota al país.
La pruebas en contra de un fraude en la elección del 2006 son abrumadoras. Presento aquí algunas de las más notables:
1)La alianza del peje no dijo nada sobre irregularidades graves el día de la elección ni los días siguientes. Las quejas comenzaron hasta que sabían que habían perdido.
2) Cuando se abrieron las casillas donde había ganado Calderón –y que fueron impugnadas por la alianza- a) no sólo no ganaron votos, sino que los perdieron; b) los errores en las boletas se distribuyeron por igual en todos los candidatos, dejando fuera cualquier sesgo sugiriendo un fraude.
3) Un fraude como el que se anuncia hubiera requerido un ejército de funcionarios y representantes de casilla convertidos en delincuentes electorales. Al día de hoy no se de nadie, pero absolutamente nadie que haya sido si quiera consignado por delitos electorales en esa elección.
4) La Alianza nunca pidió legalmente el recuento de todos los votos, de modo que la autoridad no puede proceder a favor de una petición que no existe
5) Por lo tanto Calderón no tiene ninguna injerencia en decir si quiere o no contar los votos. No depende de él. Lo que Calderón si retó al Peje fue a comparar las actas, y López Obrador se negó.
Ante esta abrumadora evidencia, creer en el Fraude no requiere sino de una fe irracional divorciada por completo de los hechos objetivos
AMLO Perdió
El día 3 de julio el Peje anunció en el noticiario matutino de Carlos Loret de Mola, que tres casas encuestadoras, según él, le daban la victoria en sus conteos rápidos. Se trataba del Instituto de Mercadotecnia y Opinión, de Parametría, y de Covarrubias y Asociados. Pero la primera encuestadora nunca dio a conocer públicamente sus resultados. Peor aún, las otras dos que habían sido contratadas por el Peje, ¡decían que el Peje había perdido! ¡Justamente lo contrario de lo que López anunciaba en cadena nacional! El peje mintió a propósito, descarada y cínicamente. Arreola también miente, puesto que él también vio esas encuestas. Covarrubias nunca dijo que la rata más destacada de la Macuspana hubiera tenido una ventaja de 500 mil votos. Lo que si dijo Ana Cristina Covarubias es que ella, personalmente, le dio el resultado de su conteo rápido a las 12 de la noche del dos de julio, y le dijo que Calderón había ganado. En pocas palabras, las dos encuestadoras contratadas por el Peje le dijeron que había perdido, y no obstante salió a decir que había ganado por 500 mil votos y a inventar el mito más grande de la historia moderna de México –ese y el chupacabras-: el fraude del dos de julio. Reto a Arreola a que contradiga una sola palabra de lo que he dicho. No lo hará, porque sabe que es verdad (y de ante mano digo que si vienen sus gatos a dar lata nomás los vamos a batear). López Obrador y Arreola son tal para cual. Ambos embaucadores y mentirosos.