A penas en diciembre pasado diputados de la asamblea del Distrito Federal decidieron cambiar la redacción de su propia ley donde podía leerse "menoscabo de la autoridad del gobierno del DF", y borrar el término chocante término de "violencia extrema" para que así las penas a "ataques a la paz pública" fueran menos severas.
Esto fue muy curioso en su momento, ya que entonces como ahora los manifestantes y sus defensores aseveraban que los causantes de la violencia habían sido "infiltrados", y no los pacíficos asistentes a las protestas a la otra protesta -la del presidente Peña Nieto- el primero de diciembre pasado.
Sin embargo este movimiento lo que nos hizo pensar a muchos es que eran los mismos cubriéndose por ellos mismos.
El decreto de reformas entró en vigor nada menos que "el mismo día de su publicación", y según el artículo tercero transitorio se aplicará "sólo a personas sin antecedentes penales y que no sean reincidentes". Curioso, cuando los hay en estos grupos quienes son agitadores profesionales -como el ya conocido "tuerto"-, y que el gobierno del Distrito Federal conoce -o al menos debiera conocer- bastante bien.
De acuerdo al Siglo de Torreón:
El vocero de la Liga 1 de Diciembre, Juan de Dios Hernández Monge, explicó que aunque la reforma reduce la penalidad del delito de ataques a la paz pública de 7 a 2 años de prisión, el agravante en pandilla será impedimento, pues aumenta 50% la sanción; descartó la libertad inmediata de los detenidos. La reforma se avaló con 50 votos de todas las bancadas, de un total de 66 legisladores; seis diputados los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), se abstuvieron.
¿Y ahora que tuvimos el lunes pasado?
El "Halconazo", ocurrió 10 de junio de 1971, cuando un grupo paramilitar conocido con ese nombre, atacó a un grupo de estudiantes protestando, con un número de muertos que ciertas versiones cuentan fue cercano a los 120.
En conmemoración a estos eventos, un grupo de manifestantes al parecer decidió reciclar su propia versión de dicho evento
La interpretación de estos eventos tiene, como es común, varias aristas. Para mi, una de ellas es que es un mensaje para Mancera (el hombre quien cedió a darle leche al ratón, que ahora pide galletas: "No te dejaremos gobernar en paz".
¿A quién beneficia la imagen de un Distrito Federal convulso y desestabilizado? A mi se me ocurren al menos dos nombres.
Colóquelos en una caja y luego los comparamos, a ver si estamos o no de acuerdo.
La pruebas en contra de un fraude en la elección del 2006 son abrumadoras. Presento aquí algunas de las más notables:
1)La alianza del peje no dijo nada sobre irregularidades graves el día de la elección ni los días siguientes. Las quejas comenzaron hasta que sabían que habían perdido.
2) Cuando se abrieron las casillas donde había ganado Calderón –y que fueron impugnadas por la alianza- a) no sólo no ganaron votos, sino que los perdieron; b) los errores en las boletas se distribuyeron por igual en todos los candidatos, dejando fuera cualquier sesgo sugiriendo un fraude.
3) Un fraude como el que se anuncia hubiera requerido un ejército de funcionarios y representantes de casilla convertidos en delincuentes electorales. Al día de hoy no se de nadie, pero absolutamente nadie que haya sido si quiera consignado por delitos electorales en esa elección.
4) La Alianza nunca pidió legalmente el recuento de todos los votos, de modo que la autoridad no puede proceder a favor de una petición que no existe
5) Por lo tanto Calderón no tiene ninguna injerencia en decir si quiere o no contar los votos. No depende de él. Lo que Calderón si retó al Peje fue a comparar las actas, y López Obrador se negó.
Ante esta abrumadora evidencia, creer en el Fraude no requiere sino de una fe irracional divorciada por completo de los hechos objetivos
AMLO Perdió
El día 3 de julio el Peje anunció en el noticiario matutino de Carlos Loret de Mola, que tres casas encuestadoras, según él, le daban la victoria en sus conteos rápidos. Se trataba del Instituto de Mercadotecnia y Opinión, de Parametría, y de Covarrubias y Asociados. Pero la primera encuestadora nunca dio a conocer públicamente sus resultados. Peor aún, las otras dos que habían sido contratadas por el Peje, ¡decían que el Peje había perdido! ¡Justamente lo contrario de lo que López anunciaba en cadena nacional! El peje mintió a propósito, descarada y cínicamente. Arreola también miente, puesto que él también vio esas encuestas. Covarrubias nunca dijo que la rata más destacada de la Macuspana hubiera tenido una ventaja de 500 mil votos. Lo que si dijo Ana Cristina Covarubias es que ella, personalmente, le dio el resultado de su conteo rápido a las 12 de la noche del dos de julio, y le dijo que Calderón había ganado. En pocas palabras, las dos encuestadoras contratadas por el Peje le dijeron que había perdido, y no obstante salió a decir que había ganado por 500 mil votos y a inventar el mito más grande de la historia moderna de México –ese y el chupacabras-: el fraude del dos de julio. Reto a Arreola a que contradiga una sola palabra de lo que he dicho. No lo hará, porque sabe que es verdad (y de ante mano digo que si vienen sus gatos a dar lata nomás los vamos a batear). López Obrador y Arreola son tal para cual. Ambos embaucadores y mentirosos.