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sábado, 10 de diciembre de 2011

Yo no soy panista



Sin partido nos ha regalado esta espléndida columna que, creo, define el sentir de muchos de nosotros en mayor o menor manera: nuestra desconfianza y sospecha sobre todos los partidos, pero al mismo tiempo la definición de una posición política de cara a la realidad. Que Sin lo explique.

Debo comentar a todos en el blog que nunca he sido partidario ni simpatizante del PAN, es más, en mi juventud participé en actividades con organizaciones del PC y del CIPCP (Centro Independientes de Política y Cultura Popular, una organización adherente al PC) siendo un chavo con muchos ideales y ganas de terminar con las injusticias y la desigualdad de nuestro país, eso sí, sin quebrantar nunca la ley. Uno de los principios que rigen mi vida es que no hay que destruir lo que tenemos, hay que transformarlo, convertirlo en algo mejor (no en balde soy ingeniero químico). Hoy, ya con canas todavía mantengo esa posición y anhelos para mi país.  Debo decir también que como a muchos de los que aquí participamos me tocó vivir las épocas de oro del PRI con los desgarriates de las devaluaciones, cierres masivos de fuentes de empleos, saqueos cínicos y demás. La experiencia nos dice que el PRI no debe volver a gobernar a este país, su tiempo ya pasó y seguimos pagando todos por ello, tanto las expresiones del conservadurismo (léase PAN) como del ala liberal padecimos a la familia revolucionaria con sus excesos, persecuciones, intolerancia y guerras sucias por más de 7 décadas y creo que fueron más que suficientes como para pensar en regresar a ello.

Cuando en el 2000 la sociedad mexicana se decidió por fin a sacar al PRI del poder esperábamos verdaderamente otra forma de gobierno, acabar con los sátrapas, tener en la función pública a ciudadanos honestos, comprometidos y no ha sucedido, sí conozco a algunos funcionarios panistas honestos y probos, pero creo (sin poder afirmarlo) que son los menos. Sin embargo, hemos iniciado el camino hacia un país digno y grande, sería un imperdonable error desandar esa ruta. Reconozco los principios humanistas de los fundadores del PAN, de hecho me di a la tarea de leerlos y me quedó muy claro que los fundamentos de ese partido desde los 30’s están basados también en un ideal de justicia e igualdad. Lo trágico es que al llegar al poder ya no supieron pa’ dónde jalar, de ser toda la vida una oposición digna, honesta, valiente y hasta caballerosa, con el poder en las manos no tenían un proyecto bien definido ni a las personas adecuadas, ¿recuerdan a los “head hunters” de Fox? Eso lo aprovecharon los fundamentalistas del yunque para ir enclavando a sus elementos en lugares importantes y con ello le han restado fuerza y poder de penetración social, negociación y convencimiento a ese partido, convirtiéndolo en poco más que una agencia de colocaciones para los cuates.

En este espacio me he y me han permitido criticar de manera ácida al yunque, a Emily, al Cavernal, Fernando Guzmán y demás figuras emblemáticas de la ultraderecha, con respuestas, argumentos y discusiones siempre respetuosas. Es por eso que entrego esta opinión con la certeza de que podremos intercambiar las ideas y argumentos en esos términos.

Hoy día no existe una expresión en el espectro político nacional que represente a los que pensamos y vivimos con los principios progresistas y liberales, solamente podemos elegir entre el PAN con su conservadurismo y el PRI del PRI y el PRI más cínico, corrupto y recalcitrante representado por el salinsimo de la hyskyerda con sus raterías, y mentiras. Por último no puede dejar de reconocer que en los dos sexenios que el PAN ha dirigido el ejecutivo nacional (puesto que el legislativo ha sido solamente una piedra inservible, pesada, grotesca y estúpidamente cara de arrastrar), hemos tenido ya 11 años de estabilidad económica, algo que nosotros no conocimos en nuestra juventud y que los jóvenes de hoy no saben lo que es vivir sin ella.