Circa 1860, México era una nación encadenada a un sistema feudal por un poderoso clero y su inquisición que perseguían fines monárquicos, apoyados por la servidumbre y el elitismo de la clase política de entonces. Benito Juárez, Melchor Ocampo, Sebastián Lerdo de Tejada y otros hombres de gran estatura histórica pondrían fin a siglos de postración ante el clero en lo que ahora damos en llamar el periodo de La Reforma. Un paso histórico que conoció profundos cambios y tensos momentos que pusieron en duda la propia existencia de nuestra nación, porque la respuesta del clero fue violenta e implacable. Al final prevalecieron los valores que constituyeron un México laico y el país vivió un frágil momento de democracia liberal en nuestra historia. Benito Juárez y la Reforma habían puesto fin al largo reinado del clero y el país había sido transformado por completo en poco mas de una década.
La Reforma heredaba valores laicos esenciales que pasarían a formar parte de los cimientos de nuestra nación:
nunca jamás cleros todopoderosos,
nunca jamás inquisición y cortes religiosas,
nunca jamás imperios unipersonales.
La frágil democracia liberal seria pronto traicionada por una nueva forma de gobierno: la dictadura. Porfirio Díaz tomo el poder y durante largos treinta años se reelegiría una y otra vez vía elecciones fraudulentas y represión social.
En 1908, Francisco I. Madero publicaría un libro titulado La Sucesión Presidencial en 1910, que rápidamente se volvió muy leído en el país. Madero proclamaba en su libro que México había enfermado debido a la concentración de poder absoluto en las manos un solo hombre – Porfirio Díaz.
Madero fue pronto llamado “Apóstol de la Democracia”. Fundo el centro anti reeleccionista en 1909 y viajó por todo el país con una popularidad creciente. Eventualmente el movimiento de Madero terminaría en una sangrienta revolución que se saldría de control, y mientras Madero, Zapata, Venustiano Carranza perecían violentamente, los contrarrevolucionarios Victoriano Huerta y Porfirio Díaz murieron en la tranquilidad de sus camas. Al final de la revolución nuestros documentos oficiales portarían siempre al pie la leyenda “Sufragio efectivo, no reelección”. Madero, Carranza, Villa y Zapata y muchos otros revolucionarios habían agregado algunas demandas mas a nuestra voluntad histórica:
nunca jamás poder absoluto,
nunca jamás dictadores,
nunca jamás reelección,
nunca jamás terratenientes
Hacia 1938 múltiples empresas extranjeras venían explotando impunemente nuestros campos petroleros, la expropiación del petróleo que llevo a cabo Lázaro Cárdenas termino con todo ello decretando que todas las reservas minerales y de petróleo pertenecían a la nación. Cárdenas agregaba otra voluntad histórica:
nunca jamás empresas extranjeras que exploten nuestros recursos naturales
Las claves para entender el presente y futuro de México pueden muchas veces encontrarse en nuestro legado histórico y lamentablemente nuestra historia se configura en la aversión a la perdida, el “nunca jamás” como una fuerza de cambio, como la única fuerza de voluntad la mayoría de las veces.
Pero necesitábamos hombres de gran estatura que verdaderamente supieran responder a esa voluntad nacional: Juárez y Melchor Ocampo y los demás hombres de La Reforma respondieron a nuestras perdidas transformando a México para siempre, Madero, Carranza, Zapata y los héroes de la revolución respondieron también transformando de nuevo a la nación y sentando las bases para un México mas justo, mas viable para todos y no solo para una elite privilegiada, Cárdenas respondió a nuestra perdida reformando también las leyes y tomando igualmente valerosas decisiones.
Pero esos fueron ellos, y hoy como antes de ellos, de nuevo nos encontramos ante la estulticia de una clase política decadente, narcisista y mitómana, incapaz de lograr reformas de fondo y acobardada ante los grandes retos del país. Hoy tenemos otra larga lista de nunca jamás, y las heridas abiertas se agolpan.
Nunca jamás Tlatelolco,
nunca jamás Aguas Blancas,
nunca jamás 1982,
nunca jamás 1988,
nunca jamás 1994,
nunca jamás Pasta de Conchos,
nunca jamás Guardería ABC,
nunca jamás devaluación abrupta e incontrolable que aviente a la pobreza a millones de mexicanos,
nunca jamás inflación galopante que empuje a mexicanos a la hambruna, la criminalidad, la prostitución,
nunca jamás omisión o cobardía ante el crimen organizado.
Entonces si queremos entender las claves de nuestro país entre su gran memoria histórica y el futuro al que aspiramos de prosperidad y de valores. es preciso que estos dos, nuestro pasado y nuestro futuro, no se aparten entre si, sino que confluyan por una misma reflexión en nuestra memoria colectiva, que no se debe perder nunca. El Presidente Juárez y otros gigantes de nuestra historia sentaron las bases para esta gran nación, con mucho menos de lo que tenemos nosotros, hicieron mas, y somos pequeños ante su gran ejemplo. Y así terminamos donde comenzamos.
Este año vamos a tomar importantes decisiones que impactaran nuestro país, su historia, su futuro, en cualquier sentido que estas sean, viviremos la esperanza de poder transformar a México una vez mas y alejarnos de nuevo de nuestros nunca jamas.