Bueno, pues uno de los más entusiastas seguidores de este sitio es también un gran promotor de la legalización de las drogas. Su nick es Trevino. Muchas de las ideas que propone ya han sido tratadas aquí en un artículo llamado “Legalícenla” (http://flashvsobrador.blogspot.com/2010/02/legalicenla.html). Dado que Trevino, como toda la gente apasionada, tiende a ser un tanto extenso y poco conciso en sus opiniones, le pedí sintetizara su punto de vista. Lo que sigue es su mejor esfuerzo por ser breve y conciso. Pienso discutir punto por punto cada uno de sus argumentos.
1. La prohibición no está funcionando: antes de la prohibición el número de adictos (y de consumo en general) era una nimiedad comparado con los índices en aumento geométrico desde que se estableció. Si hubiera una forma de hacerla funcionar, ya se estaría haciendo. La prohibición es un experimento fallido.
Estoy de acuerdo en que las medidas coercitivas no serán necesarias para controlar por sí mismas el abuso de sustancias. Es ingenuo que su uso puede bajarse a cero ya que, como se discutirá más adelante, siempre habrá gente experimentando en los límites o más allá de los límites de lo legal. No obstante y a pesar de que el escenario en el consumo de drogas no es el deseable, sí creo que la prohibición ha funcionado, y el argumento es muy sencillo: al día de hoy el número de víctimas por parte de las drogas ilegales es ridículo en comparación al número de víctimas por causa de las drogas legales.
Cito mi artículo original:
Según estadísticas del Programa Nacional de Salud 2001-2006 en México enfermedades crónicas del hígado como la cirrosis hepática, el cáncer y
la hepatitis B y C son desde 1990 la quinta causa de muerte; su tasa promedio es de 11.5 por 100 mil habitantes. El alcoholismo provocó tan sólo en el 2007 más de 13 mil defunciones (el 3 por ciento del total de expiraciones en el país) y contribuyó con la mitad de los casos de la enfermedad del hígado. Y estas cifras ni siquiera contemplan las muertes por accidentes de tránsito.
Según la Secretaría de Salud, el abuso del alcohol y los accidentes, son los responsables de 70% de las muertes por accidentes de tránsito y la principal causa de fallecimiento entre los 15 y 30 años de edad. Como se puede ver las drogas legales son mucho más sanguinarias que las persecuciones entre narcotraficantes ,con un elemento extra: las cifras de arriba –a diferencia de las ejecuciones- pertenecen a los usuarios, no a quienes las trafican. La legalización no es ninguna fórmula mágica si lo que se quiere es salvar vidas, menos aún vidas inocentes.
¿Más datos? En México
los fumadores aumentaron de 9.2 millones en 1988 a 14.3 millones en 1998 y se estima que anualmente ocurren más de 6 mil muertes por cáncer de pulmón, y más de 12 mil por cardiopatía, directamente causadas por el hábito de fumar.
En resumen, las drogas legales matan tres veces más gente en un año que tres años de bajas en la "guerra de Calderón." Pero por alguna razón las "buenas conciencias" olvidan reparar en cosas como estas.
2. El crimen organizado es inherente a la prohibición: porque tienes que ser un criminal para poder venderla. Perdón pero no puedo evitar este ejemplo: durante la ley seca de los 20's de EUA, el daño que causó la prohibición (surgimiento de bandas criminales, corrupción, violencia, encarcelamientos masivos, aumento en el consumo, alcohol metílico que causaba cegera, etc) fue tan grande, que resultó evidente que la prohibición solo empeora las cosas y se tuvo que derogar. Con la prohibición de drogas mucho menos populares ha pasado lo mismo, pero los daños han tardado más en presentarse en todo su esplendor.
Cuando la prohibición cesó en los Estados Unidos, los criminales no buscaron una forma honrada de ganarse la vida. Por el contrario. Comenzaron a buscar cosas ilegales para poder trabajar porque “El crimen organizado es inherente a la prohibición”. La Marihuana fue una de sus primeras apuestas. De nuevo, las mejores estrategias para combatir al crimen son preventivas no correctivas, pero decir que legalizar lo ilegal es la manera de combatir al crimen es un sinsentido: siempre habrá algo ilegal con lo cual comerciar. Los ejemplos típicos son el robo o el homicidio.
Finalmente, el fin de la prohibición no terminaron con las miles de muertes que ocurren los EU a causa del abuso del alcohol, ni con las miles de familias que se desintegran por su causa.
3. No puedes prohibir la demanda de un producto: complementando el punto anterior, el hecho de que prohibas la oferta, no inhibe la demanda (de hecho pareciera lo contrario, pues mayor oferta es solo un reflejo de una mayor demanda).
No estoy de acuerdo con esto. Actualmente las ventas de alcohol y cigarros –drogas legales- no se compara con la venta de drogas ilegales, aún cuando son más caras por el hecho de ser ilegales. Esta es una de las tantas falacias que se repiten por ahí sin sustento.
Los puntos del cuatro al seis o bien ya han sido abordados o pueden serlo de manera conjunta, así que los dejo para después. Paso al siete:
7. Violación a las libertades individuales: nadie le ha pedido al gobierno que "nos proteja de nosotros mismos". Sencillamente no es válido. Además, ¿por qué presuponen que todos somos incapaces de controlarnos? ¿por qué se me considera criminal si no he hecho daño a nadie?
Pero el estado nos protege de nosotros mismos todo el tiempo: es por eso que se piden títulos para ejercer como abogado, ingeniero o médico. Vivir en una sociedad libre no te da la libertad de ponerte a ti y a los demás en peligro. Las drogas que prescribe el médico no son ilegales, lo que es ilegal es prescribirlas si no se es médico. Más aún, un médico que haga un uso correcto de tales drogas, puede perder la licencia. Hasta donde se no es ilegal defenderte a ti mismo en un juicio, lo que es ilegal es querer pasar por abogado cuando no se es. ¿Tú te someterías a cirugía ante tu vecino, que es un excelente contador, pero que no sabe nada de fisiología o anatomía?
La “libertad” de la gente para automedicarse con sustancias de probada peligrosidad es una las tantas falacias que se incurren en este caso. La gente no debe actuar más allá de lo que su propia formación profesional le permite, del mismo modo que la mayoría de las sustancias peligrosas son consideradas así por buenas razones. Si no se está de acuerdo, como en el caso de la marihuana, se está en la libertad de defender el caso con evidencia científica, pero cuando esta no existe no queda más remedio que admitir que la gente no puede usar sustancias peligrosas por la misma razón que no puede autorecetarse, vestirse de licenciado e ir a los juzgados, o participar en un despacho de ingenieros sin la formación adecuada.
10. Criminalización de la ciudadanía: ir a la cárcel por decidir qué sustancias entran a tu cuerpo es lo más cercano a la Inquisición hoy en día. El otro día leí una cifra, que el 60% de los convictos están en prisión delitos relacionados con el nacrotráfico, de los cuales buena parte eran simples usuarios. La prohibición se ha encargado de mantener nuestras cárceles llenas, y eso también cuesta y mucho.
Las leyes mexicanas son cada vez más permisivas en el hecho de no castigar a los usuarios sino a los traficantes. En esto estoy de acuerdo. Los usuarios son más víctimas que otra cosa, y estoy de acuerdo en llenar las cárceles con traficantes y no con usuarios. Ahora, entre usuarios también hay razas. Alguien que comete un ilícito bajo la influencia de una droga sin duda debe enfrentar su responsabilidad.
Trevino tiende a defender la exageración del daño que causan las drogas ilegales.
“Pero resulta que hay un hecho científico sumamente interesante aquí: el alcohol es más adictivo incluso que la heroína, las anfetaminas y la cocaína. Y por supuesto muchísimo más adictivo que la marihuana, el LSD, la mescalina (peyote) o la psilocibina (hongos). http://es.wikipedia.org/wiki/Drogas#Seg.C3.BAn_”
Este “estudio” debería ser quitado del sitio por apócrifo. El propio sitio advierte que “La exactitud de la información dudosa en este artículo o sección está discutida.” La tabla que menciona Trevino afirma estar basado en la revista Health, pero cuando uno busca la referencia jamás se llega a Health, sino a un tercer sitio de dudosa credibilidad.
Busqué directamente el citado artículo en Health sin poderlo localizar.
Los criterios de adicción más creíbles son los creados independientemente por dos expertos HENNINGFIELD y BENOWITZ. Ambas tablas pueden ser encontradas en
este artículo del NY Times
. Es interesante ver cómo la tabla de wikipedia cambió desde mi primera visita y ya no menciona los niveles de toxicidad, reduciéndose al nivel de adicción.
RESUMEN:
¿En qué estoy de acuerdo con Trevino?
¿La prohibición por sí misma va a acabar con el consumo de drogas? NO
¿Se persiguen ciertas sustancias de manera supersticiosa? SI
¿Se requieren de otras medidas no sólo para controlar el uso de sustancias ilegales, sino también las legales? SI.
En qué no estoy de acuerdo:
¿Creo que la legalización por sí misma va a arreglar el problema? NO. De hecho no hay una sola nación en la tierra que haya legalizado las drogas. Ni aun países tan civilizados como Holanda lo han hecho. Existe tolerancia, en ciertos “cafés” a la venta de marihuaha y al hachis, pero a pesar de un aparente éxito inicial, la medida parece destinada a desaparecer. La marihuana posiblemente vive un periodo de socialización que concluirá con su legalización en un par de décadas, pero la marihuana no puede ser puesta en el mismo paquete que el crack, la cocaína, la heroína, y todo el resto. Finalmente, México no pude legalizar las drogas unilateralmente: seríamos un paraíso de mafias que contrabandearían las sustancias al resto del mundo, y seríamos un paraíso de “turismo de droga”. ¿Queremos miles de viciosos en nuestras calles?
Que la prohibición de las drogas ha sido un fracaso. Tampoco creo que haya sido un éxito rotundo, pero el hecho de que en este momento sean por mucho más prioritarios los daños causados por drogas legales de comparativa menor peligrosidad como el alcohol, o por la ingesta de grasa saturada, es indicativo de que las drogas ilegales están muy lejos de ser tan peligrosas como las sustancias legales, y en eso hemos tenido razón como sociedad. Nuestro sistema de salud ya está sobrecargado como está. No necesitamos millones de nuevos adictos.
No espero convencer a Trevino con estos argumentos, pero creo que cuando menos merecía una respuesta de mi parte. Por ello, puedo decir, que el tema está lejos de terminar.