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domingo, 30 de octubre de 2011

Gracias Panamericanos



Están ardidísimos. En la UdeG los llamaron juegos “patomericanos”; solo ellos tienen derecho a hacer eventos como la FIL o su festival de cine. El logro ajeno los enferma, los hace miserables, les saca lo peor de sí.

Consideremos este comentario, por ejemplo:

La propuesta de solicitar una sede para los Juegos Olímpicos en Guadalajara no sólo es una ocurrencia, también es una estratagema electorera para entusiasmar con el panismo a los electores ingenuos que se quieran dejar embaucar. Como centro urbano, la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) se acerca al desastre. A pesar de que los “expertos” en movilidad y urbanismo continúan con la práctica de dar soluciones de burócrata (escalonar horarios, abrir líneas de Macrobús, levantar rascacielos, etcétera), la realidad es que resulta espeluznante que la área metropolitana ya tenga su ciudad dormitorio en Tlajomulco de Zúñiga, tenga sus fronteras en El Salto y que Zapotlanejo amenace con convertirse en la segunda Ciudad Neza tapatía.




Ha sido de  esta manera que los Juegos Panamericanos han no obstante dejado calladas a muchísimas, muchísimas personas que esperaban fracasaran, porque son gente pequeña cuyo único logro en la vida es sabotear el esfuerzo ajeno; son pues el polo opuesto a lo que los deportistas mexicanos lograron en estos juegos: vencer a lo mejor de lo mejor no poniendo zancadillas, no dando declaraciones de fraude, compló o cochupo, sino con un gran, gran esfuerzo.

Mil gracias a los juegos que no solo demostraron que hay mexicanos de primera, que no ha dado para hablar de logros, y no del típico discurso derrotista de los resentidos sociales que conocemos. Han hecho enojar a la gente correcta. Mil gracias.