Ad hoc con la candidatura del Mesías para acabar de hundir al barco perrredista (¡Qué grave error!) ponemos este texto de Carlos Ramírez:
Mil gracias a Sin Partido por recomendarnos la imagen!!!
¿Pedirá disculpas AMLO?
Ahora que Andrés Manuel López Obrador anda estrenando nuevo looksocial y de imagen, el país tiene derecho a preguntar si ofrecerá disculpas a los mexicanos por cinco años de agitación e inestabilidad o si dirá que lo pasado fue una broma estudiantil para incautos.
Porque la fase de desestabilización política del tabasqueño desde que mandó al diablo las instituciones le ha costado al país un periodo de autoexclusión de un tercio de la república. Lo paradójico es que López Obradordesconoció la institucionalidad constitucional al obligar al PRD y luego a sus seguidores a no reconocer la legitimidad constitucional de la presidencia de Felipe Calderón pero ahora se apunta para competir en el mismo sistema electoral institucional que en el 2006 reconoció la victoria del candidato panista.
El acto de contrición se le exige a López Obrador para saber si va a jugar con las reglas institucionales, si estará en su agenda la aceptación de su derrota en el 2006 y si su presidencia legítima --con toma de posesión, bandapresidencial y silla gestatoria con águila real-- fue una pesadilla, una broma de mal gusto o una manifestación de enojo. Lo de menos es que esapayasada de la presidencia legítima la haya creído a pie juntillas; lo importante es que con esa presidencia inexistente rompió la legalidad constitucional que hoy dice que sí aceptará.
El problema de López Obrador fue la ruptura del orden legal y constitucional que todo presidente de la república --legítimo o legítimo-- juró cumplir y hacer cumplir. El tabasqueño convocó a la insurrección civil durante cinco años y hoy dice que va a aceptar las reglas institucionales que violó cinco años. La lista de rupturas legales no es desdeñable:
1.- La presidencia legítima, con todo y toma de posesión.
2.- El desconocimiento de las instituciones electorales y de sus dictámenes legales sobre las elecciones presidenciales del 2006.
3.- La orden al PRD para impedir la toma de posesión de Felipe Calderón y meter al país en una ruptura del orden constitucional; siguiendo las órdenes del caudillo, los perredistas hicieron hasta lo imposible para impedirla toma de posesión de Calderón, inclusive introduciendo bombas molotov al Congreso.
4.- El uso ilegal de recursos públicos del gobierno del DF durante cinco años para promover su candidatura presidencial.
5.- La decisión de no respetar un amparo y manipular un intento de desafuero para movilizar a las masas a su favor.
6.- El uso de insultos personales en su campaña presidencial.
7.- El desconocimiento de las instituciones políticas y electorales cuando las mandó al diablo porque no le reconocían como candidato triunfador.
8.- La manipulación de supuestas encuestas para proclamarse triunfador con una ventaja de “500 mil votos” pero sin presentar pruebas y su declaratoria de victoria electoral violando las reglas del IFE.
9.- El plantón de tiendas de campaña --porque en realidad hubo pocos seguidores-- a lo largo del corredor Zócalo Periférico para imponer su supuesta victoria que el conteo de votos nunca le dio.
10.- La orden a Marcelo Ebrard, entonces candidato triunfador en la elección de jefe de gobierno, para apoyar el plantón y no reconocer la legalidad de Calderón; Ebrard cumplió la orden del caudillo hasta que le convino a sus propios intereses; pero durante cinco años Ebrard eludió, a veces en situaciones cómicas de película muda, el saludo de mano a Calderón.
11.- La orden de López Obrador al PRD y a sus seguidores para acosarcon violencia a Calderón y gritarle insultos en ceremonias públicas.
12.- El desconocimiento al resultado oficial de las elecciones y su autoproclamación como presidente legítimo, además de la instrucción a colaboradores para que le dieran el trato de “Señor Presidente”.
13.- La publicación de un libro para insultar a las instituciones y a sus titulares tildándolos de “mafia” que le “robó” la presidencia de la república, pero sin aportar datos concretos de su supuesta victoria en las urnas.
14.- Su larga gira de cinco años por la república sustentada en la tesisdel fraude electoral pero con la intención de desprestigiar a las instituciones legítimas electorales y políticas.
15.- Sus informes anuales cada 20 de noviembre para presentarle a sus seguidores el reporte de sus tareas como presidente legítimo.
16.- Sus insultos a empresarios que dijo que fueron cómplices del fraude del 2006.
Con esta larga lista de evidencias de una ruptura del orden institucional, legal y constitucional, ahora López Obrador regresa al camino institucional que hasta la fecha no ha cambiado del que existió en el 2006 pero presentando una cara amable y conciliadora; pero hay que recordar que lo mismo hizo en su campaña electoral del 2006 reconociendo públicamente hasta en cincoocasiones que aceptaría el dictamen final de las autoridades electorales y quereconocería la derrota así fuera por un voto, y al final se rebeló contra las instituciones.
Nada, pero nada, hay en el escenario político de López Obrador que pruebe que ahora sí respetará las instituciones y sus dictámenes oficiales; y si en el 2006 comenzó la campaña con 27 puntos de ventaja, hoy arrancaría con más de 30 puntos abajo del puntero priísta. De ahí que el electorado necesite una explicación pública de López Obrador, que diga si su rebelión contra las instituciones fue real o fingida y si respetará --ahora sí, pero de a deveras-- los resultados electorales oficiales.
Lo primero que debe hacer López Obrador es aclarar públicamente su rebelión contra las instituciones. Si no, estaríamos frente al mismo López Obrador y después de las elecciones del 2012 repetiría su teatrito.
Comento: bueno, ¿ese AMLO de plano nos cree idiotas?
La pruebas en contra de un fraude en la elección del 2006 son abrumadoras. Presento aquí algunas de las más notables:
1)La alianza del peje no dijo nada sobre irregularidades graves el día de la elección ni los días siguientes. Las quejas comenzaron hasta que sabían que habían perdido.
2) Cuando se abrieron las casillas donde había ganado Calderón –y que fueron impugnadas por la alianza- a) no sólo no ganaron votos, sino que los perdieron; b) los errores en las boletas se distribuyeron por igual en todos los candidatos, dejando fuera cualquier sesgo sugiriendo un fraude.
3) Un fraude como el que se anuncia hubiera requerido un ejército de funcionarios y representantes de casilla convertidos en delincuentes electorales. Al día de hoy no se de nadie, pero absolutamente nadie que haya sido si quiera consignado por delitos electorales en esa elección.
4) La Alianza nunca pidió legalmente el recuento de todos los votos, de modo que la autoridad no puede proceder a favor de una petición que no existe
5) Por lo tanto Calderón no tiene ninguna injerencia en decir si quiere o no contar los votos. No depende de él. Lo que Calderón si retó al Peje fue a comparar las actas, y López Obrador se negó.
Ante esta abrumadora evidencia, creer en el Fraude no requiere sino de una fe irracional divorciada por completo de los hechos objetivos
AMLO Perdió
El día 3 de julio el Peje anunció en el noticiario matutino de Carlos Loret de Mola, que tres casas encuestadoras, según él, le daban la victoria en sus conteos rápidos. Se trataba del Instituto de Mercadotecnia y Opinión, de Parametría, y de Covarrubias y Asociados. Pero la primera encuestadora nunca dio a conocer públicamente sus resultados. Peor aún, las otras dos que habían sido contratadas por el Peje, ¡decían que el Peje había perdido! ¡Justamente lo contrario de lo que López anunciaba en cadena nacional! El peje mintió a propósito, descarada y cínicamente. Arreola también miente, puesto que él también vio esas encuestas. Covarrubias nunca dijo que la rata más destacada de la Macuspana hubiera tenido una ventaja de 500 mil votos. Lo que si dijo Ana Cristina Covarubias es que ella, personalmente, le dio el resultado de su conteo rápido a las 12 de la noche del dos de julio, y le dijo que Calderón había ganado. En pocas palabras, las dos encuestadoras contratadas por el Peje le dijeron que había perdido, y no obstante salió a decir que había ganado por 500 mil votos y a inventar el mito más grande de la historia moderna de México –ese y el chupacabras-: el fraude del dos de julio. Reto a Arreola a que contradiga una sola palabra de lo que he dicho. No lo hará, porque sabe que es verdad (y de ante mano digo que si vienen sus gatos a dar lata nomás los vamos a batear). López Obrador y Arreola son tal para cual. Ambos embaucadores y mentirosos.