lunes, 21 de noviembre de 2011
La Veta Autoritaria
14:36
Jose Angel
Circa 1469, cuando Isabel y Fernando unieron las
coronas de Castilla y Aragón, cada una conservando sus propios reinos y
tradiciones, para imponer la ortodoxia, la fe católica y perseguir a la
disidencia política en sus reinos, cimentaron para siempre y sin proponérselo,
el hálito absolutista y despótico que seria el sello del imperio español por
siglos y que a la postre terminarían con su perdida de colonias en ultramar, la
caída de su corona y el colapso militar, económico y tecnológico de España.
Empero, antes del colapso de su imperio absolutista,
los españoles se encargarían esforzadamente de hacernos el gran favor de
trasladar casi perfectamente intacto ese espíritu y cultura de la represión, el
absolutismo y despotismo a las colonias en América donde luego de varios siglos
de colonización y transculturización, estos rasgos despóticos de la cultura
española solo vendrían a revolverse con atributos igualmente autoritarios y
despóticos presentes en las culturas locales prehispánicas, que nunca brillaron
precisamente por contar con diáfanos modelos democráticos.
En ausencia de monarquías y después de una fallida
emulación tropical del modelo federativo y democrático norteamericano que
sirvió de inspiración para movimientos independentistas en las ex-colonias
españolas, los nacientes lideres políticos y sociales en Latinoamérica traicionarían
esos primeros y efímeros buenos deseos de integrar republicas democráticas
solidas y en cambio degenerarían rápidamente en tiranías y formas represivas de
gobiernos, comúnmente la dictadura de hombres fuertes o de partidos
totalitarios, las juntas militares, las oligarquías y en general la
monopolización del poder en una especie de circulo vicioso histórico caracterizado
por largos espacios de dictaduras oligarquicas y de represión interrumpidos por violentos
ciclos de revoluciones y revueltas populares.
México llega al nuevo siglo no intacto de esa
surcada y triste historia de revoluciones, dictaduras, represión y carencia de
espíritu democrático y de consenso de voluntades que se requiere para formar
sistemas de convivencia estables y duraderos.
La nuestra es una cultura de la imposición de uno o
unos sobre la voluntad de los otros, o mas bien de “nosotros” y la veta
autoritaria, despótica y absolutista que heredamos a través de nuestra historia
esta hoy siempre presente en nuestro entretejido político, económico, social y
cultural de nuestra sociedad donde el merito y la honradez personal cuenta para
nada mientras el clientelismo, el agandalle, la simulación y la artimaña
gobiernan el éxito de individuos y grupos.
Las elites que han reclamado para si el derecho a
guiar los destinos de nuestra nación, el derecho de informarnos y administrar
los elementos principales de nuestra sociedad, las estructuras sociales y
económicas y los valores morales, nos han fallado estrepitosamente una y otra
vez, dejando siempre una estela de pobreza social y económica, injusticia y
desigualdad, pero manteniendo siempre esa maquiavélica efectividad para alargar
su estadía en el poder a contra voluntad de sus gobernados y a pesar de su
ineficiencia, de su corrupción y despotismo y en base a toda clase de argucias
y estafas.
Hoy, al igual que hace cien años, varios grupos de
poder luchan entre si para hacerse del control de nuestros destinos económicos,
territoriales, sociales, culturales. En esa lucha, al igual que ayer, estos
individuos enarbolan banderas ideológicas, figuras redentoras, almanaques que
prometen y presagian una nueva era y todo tipo de promesas vanas a una
población que observa estupefacta, inerme e impotente como sus prerrogativas y
derechos ciudadanos desaparecen cada vez mas en manos de estos grupos
hambrientos de poder político y económico.
Hay un PRD donde un candidato se ha impuesto vía una
absurda premisa basada en encuestas despreciando profundamente al perredista de
a pie, al que sigue a sus lideres, uno de las fuerzas partidistas mas
respetables e informadas del país reconocidas por su tesón y entrega, este partido se burla de ellos en
sus caras y mancilla sus derechos partidistas. En el PRI cunde el cacicazgo, la
humillante y vergonzante sumisión de todo tipo de funcionarios, desde su
presidente mismo, al hombre fuerte del partido, quien dicta y pone gobernadores
y alcaldes, ordena la agenda de los congresistas y senadores priistas y en el
PAN la veta autoritaria no se queda atrás y las cúpulas intentan despojar a los
miembros de su derecho a votar y ser votados.
Algo similar vivimos en lo económico, con enormes
monopolios que nos dictan lo que debemos consumir, ver o utilizar diariamente, PEMEX monopolizando los
hidrocarburos, obligándonos a consumir sus productos de mala calidad a precios
exorbitantes, CFE hace lo mismo, Telmex, Cemex y muchos otros monopolios
privados nos agobian con altísimos precios por sus productos y servicios. Las
practicas monopólicas son la otra cara terrible de esa veta autoritaria y
despótica que no parecer irse nunca de nuestro país.
El autoritarismo cunde también en nuestros
sindicatos, en el magisterio por supuesto, en nuestras universidades donde
rectores manipulan las estructuras administrativas y coaccionan el voto de sus
representados para mantenerse en el poder. En las instituciones deportivas que
gobiernan los torneos nacionales de futbol soccer, basquetbol, atletismo, en
todas ellas también están presentes esos vicios de clientelismo e imposición.
¿Porque ni siquiera en esas instituciones educativas
o sociales podemos observar consenso y elecciones limpias y sin conflictos post-electorales? ¿y porque no podemos
ver a miembros y ciudadanos fuertemente activos hacia dentro de esas
organizaciones?
¿Que sucede en México que no entendemos el valor del
consenso democrático? ¿Qué nos hace falta en nuestra educación cívica para
poder alcanzar niveles de integración democrática y consensual aceptables para
que nuestro país avance a sistemas de convivencia y gobierno modernos y
efectivos que garanticen el pleno uso de derecho de sus ciudadanos?
¿Qué sucede en nuestras sociedades que vivimos bajo
la constante amenaza o miedo de que un tirano tome el poder para si y elimine
nuestras libertades? ¿O acaso es que nuestra cultura nos predispone a aceptar la tirania como normalidad y por eso es que le tenemos tanto miedo?
Este miedo constante a caer en el totalitarismo nace
de nuestra profunda convicción de que somos un pueblo anti-democrático,
violento en su proceso de tomar decisiones y que desprecia los consensos y
prefiere confiar en el hombre fuerte, el redentor.
Preocupa que nuestros políticos, que se preparan
para participar en un proceso democrático de elecciones, no demuestren primero
y antes que nada su espíritu democrático jugando limpiamente la competencia
interna, acatando las reglas y estatutos de convivencia de su propio partido y
respetando a sus compañeros de partido que supuestamente deberían elegirles
como candidatos nominados.
Preocupa que empresarios se armen legalmente con
todo tipo de amparos para proteger sus castillos monopólicos contra toda
competencia.
Preocupa que nuestros hijos crezcan mirando como en
nuestra sociedad se debe jugar con ventajas y torciendo las leyes para poder
ser exitosos.
Nunca desaparecerá la amenaza contra nuestras
libertades y derechos mientras existan
hombres y mujeres cuyas estropeadas almas persigan solamente el poder absoluto.
Cada hombre y mujer tiene un derecho perfectamente humano, que nuestra libertad
individual garantiza, de ser un individuo por si mismo y en si mismo y jamas convertirse en un medio o carne de
cañón de otro individuo o grupo. Nada tenemos que temer de un hombre libre, que
se sostiene a si mismo en sus creencias, pero el mas grande peligro para
nuestra republica hoy en día son aquellas personas que estrechan y besan sus
propios yugos ideológicos y mesiánicos porque en su fanatismo serán capaces de
todo por defender a sus propios opresores .
Mi hijo acaba de graduarse. Deseo que un día el
pueda entregarle una republica de verdaderas libertades y democracia a sus
hijos y sus nietos.
Flash, Isa, Eddie, Depredador, Cuervo, Tres
Delfines, amigos foristas y visitantes, y todos aquí, todos los días, las discusiones con total libertad, los argumentos que esgrimimos libremente, las coincidencias y otras no tanto, las batallas que peleamos son por las mentes y la conciencia de nuestra sociedad, de nosotros mismos,
por cambiar las definiciones invertidas que hoy hieren y lastiman a nuestra
joven democracia y me congratulo enormidades por tener la oportunidad de compartir
este pequeño espacio con todos ustedes.
Muchas Gracias!