Cada año que visitaba a mi abuela había siempre un regalo especial que me impactaba sutilmente. Mas allá de los presentes, de lo material, estaba la mirada serena de quien me regalaba siempre su atención personal y su tiempo para conversar, para escucharme hablar acerca de mis planes y las cosas que ocurrían en mi vida, para mirarme a los ojos, para tomarme las manos y para regalarme su sonrisa y su pensamiento sincero. Esa mirada siempre valía mucho mas que mil palabras.
Ella solía decirme que inteligencia y astucia no es lo mismo, que la inteligencia no miente, no resbala entre nuestros dedos como la manteca de cerdo en su cocina, que la inteligencia no es rápida porque es cortes y es amable, es serena, porque es una visión y un candil que debe iluminar nuestras decisiones y nuestras vidas.
Siempre creí que un líder debería ser así, tranquilo en su hablar, que nos inspire seguridad y visión pero tambien serenidad y confianza en nuestro futuro, no un estridente agitador, no un golpeador, no un mago que prometiera la luna y las estrellas, no un tembloroso ventrílocuo de sueños improbables, sino una persona de carne y hueso capaz de mirarnos a los ojos, capaz de conversar con nosotros en nuestros propios términos y con esa tranquilidad que nace de la seguridad en si mismo, de quien conoce su realidad y su contexto, de quien es capaz de tocar nuestra realidad y ceñirla como propia tambien, capaz de inspirarnos como personas y como sociedad.
Hay un México que es posible cuando existen lideres capaces de enfrentar nuestro presente con la tranquilidad que se requiere para entablar una conversación, un dialogo nacional y con la misma humildad y apertura, pero al mismo tiempo con una convicción democrática profunda para defender nuestras libertades y nuestros derechos tan caramente alcanzados.
Es posible pensar en un México moderno, un país echado para delante pero con tranquilidad y entereza, abrazando sus libertades y aprendiendo de otras grandes experiencias en otros países y construyendo desde nuestros valores también.
Eso y mas es lo que me inspira de Josefina. Tengo su libro “Nuestra Oportunidad, Un México Para Todos”. En el Josefina nos regala una experiencia de dialogo y conversación, con otros lideres, con otras visiones, pero también con ella misma y nos permite visualizarla tal cual ella es.
Este libro lo disfrute mucho porque siempre de alguna manera he seguido la trayectoria de Josefina y siempre me ha inspirado esos valores y esa tranquilidad y confianza en el futuro de nuestro pais.
Se los recomiendo ampliamente.