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jueves, 13 de junio de 2013

Guadalajara casi tan violenta como Acapulco: los medios tapatíos callados.


Cito lo publicado por Leo Zuckerman, quien no parece tan enamorado de Peña Nieto hoy como lo estaba hace seis meses. 

Qué bueno que el gobierno federal siga publicando sus propias cifras aparte de las bases de datos que generan otros medios de comunicación, como Milenio y Reforma, y consultoras como Lantia. Sin embargo, hay analistas expertos en esta materia que continúan cuestionando la metodología que se utiliza para recabar las cifras gubernamentales. Uno de ellos es Alejandro Hope. De acuerdo con el director de seguridad del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), “los datos no están fundados y no hay una calidad consistente en la metodología para elaborarlos”.
El experto duda de los datos de Gobernación porque “si vienen cayendo los homicidios (vinculados al crimen organizado), entonces se están disparando los no vinculados”. Hope también cuestiona que 97 por ciento de los fallecidos sean “personas presuntamente responsables de hechos ilícitos”. Con razón argumenta: “Al ex presidente Felipe Calderón se le fueron a la yugular cuando sugirió que las víctimas de Salvárcar eran pandillas de Ciudad Juárez; la Secretaría de Gobernación ahora dice que 97 por ciento de todas las víctimas eran delincuentes que se matan entre ellos ¿De dónde sale eso? ¿De dónde sale la presunción?”.
En esto de llevar estadísticas, es muy importante comparar manzanas con manzanas. Por eso, en lo que se aclaran las cifras del gobierno, yo seguiré reportando los datos de Lantia, que utiliza la misma metodología de conteo de ejecuciones relacionadas con el crimen organizado desde hace muchos años. Vale la pena decir que la discrepancia entre lo publicado por la Segob y Lantia es de 5% (seis mil 250 homicidios de la primera fuente frente a cinco mil 953 de la segunda, en lo que va del sexenio de Peña).
Regresando al reporte de Lantia, en cuanto a la distribución regional de la violencia, los estados con más ejecuciones en mayo fueron Chihuahua (129), Sinaloa (99), Guerrero (95), Jalisco (84), Coahuila (51), Nuevo León (41), Michoacán (39) y Morelos (35). Si lo medimos por crecimiento en las ejecuciones entre mayo y abril de este año, destaca Morelos con un incremento de 40%, Chihuahua (39%), Sonora (38%), Sinaloa (19%), Coahuila (19%) y Guerrero (12%).
La mala noticia del reporte de mayo de Lantia es que Acapulco sigue siendo una de las ciudades más violentas del país, con 41 ejecuciones, sólo por detrás de la ciudad de Chihuahua, donde se contabilizaron 45. Otra mala noticia es lo que está ocurriendo en la zona conurbada de la capital de Jalisco. Si sumamos las ejecuciones en los municipios de Zapopan (19) y Guadalajara (18), se tiene un total de 37, una cifra muy parecida a la de Acapulco. De acuerdo con el reporte de Lantia: “la violencia registrada en Jalisco se debe al conflicto entre el cártel Jalisco Nueva Generación y Los Aliados (coalición de cártel de Sinaloa, Los Caballeros Templarios y cártel del Golfo)”.
La buena noticia de mayo, y vaya que es buena, es que Monterrey ya no aparece en las diez ciudades más violentas de la República. En febrero era el municipio más violento de todo el país. Todavía en abril ocupaba el quinto lugar en el terrible ranking de más ejecuciones relacionadas con el crimen organizado. Ahora Monterrey ha desaparecido de la lista de los diez municipios más violentos de México. Enhorabuena. Al parecer algo se está haciendo bien en la capital de Nuevo León