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jueves, 8 de diciembre de 2011

Gel Boy vs Apollo Creed



Soy como ese tipo que hizo un cohete a mano y llegó a la luna... ¿Cómo se llamaba? ¿Apollo Creed?" Homero Simpson.

Todos podemos equivocarnos. Nadie nos pide que seamos perfectos, ni nada por el estilo. Pero, se puede esperar de nosotros que tengamos ideas claras sobre donde estamos parados. Me explico. Si me paro en una feria del libro a presentar un libro que yo escribí, debería pensar que pueden preguntarme que me obligo a escribir, que me inspiro de tal forma que  no pude contener mi deseo de plasmar mi pensamiento en letras.

Bueno, tal vez nadie llegue a tanto, pero puede que me pregunten cuales son mis libros favoritos, o mis autores. En mi caso, La muerte tiene permiso de Edmundo Valadés  y El naranjo de Carlos Fuentes; como autores Alan Moore y Carlos Fuentes. Pero la verdad nunca he tenido que responder a estas preguntas ante un grupo de personas mayor a seis. No sé si, de los nervios, titubearía y terminaría por solo recordar la biblia.

¿Cuál es la diferencia entre Peña Nieto y yo? Que yo no tengo un equipo de asesores de imagen para que me apoyen en estas situaciones…y que yo no quiero ser presidente. No me asusta que Peña Nieto no lea (George Bush lee en promedio dos libros a la semana y tan buen gobernante no era) pero si me asusta que en una situación tan cómoda, tan informal por llamarla de alguna manera, no sea capaz de responder sin titubeos.

Quiero creerle que leyó “La silla del águila” y que no es capaz de retener el nombre del autor. En dicho libro el presidente Lorenzo Terán no muestra titubeos y sin embargo se muere en medio de intrigas propias de la política. ¿Qué le espera a Peña Nieto si en auditorios tan confortables y en temas tan comunes duda de esa manera? ¿No conoce a Chávez, a Castro? Bueno, ¿No conoce a don Andrés “Peace and Love” López?

Afuera hay monstruos Enrique, que no titubean ni cuando mienten.

Y de Paulina, bueno, tiene dieciséis años. Nadie espera madurez de su parte; menos si están ofendiendo a su padre.

Quizás, arropada en saber que Peña Nieto si lee (imagino que alguna vez le leyó antes de que se durmiera), sintió que la ofensa iba para toda su familia.

No Paulina, tú y tu familia todavía no conocen la verdadera ofensiva. Y si no aprendes a manejar esto serás uno de los clavos en el ataúd de tu padre; eso, creo yo, no es una buena defensa.

Entre los tenis de Andresito y los RT de Pau, espero que María José, Celia María y Montserrat tengan mejor tino. De verdad lo espero.

Gustavo Huidobro.