“Los prejuicios son hijos de la ignorancia.” William Hazlitt
Recientemente hemos sido testigos de cómo ciertos grupos en la izquierda intentan denostar la imagen de Josefina Vázquez Mota acusándole de abusar del alcohol cuando desde los medios que comandan Federico Arreola y compañía hicieron circular en las redes sociales un audio donde sugerían que Vázquez Mota estaba embriagada mientras ella era entrevistada por Pablo Iriart en Frente al País, algo que la misma precandidata presidencial aclararía mas tarde. El audio donde supuestamente Josefina hablaba bajo los influjos del alcohol no es mas que otro pobre intento de difamación.
Para empezar existen ciertas características que denotan cuando una persona esta ebria. Sin animo de atacar a nadie, Mariana Pratts, ex esposa de Marcelo Ebrard, fue captada ebria de verdad en un evento político, el audio es publico y puede encontrarse en youtube y en otras partes y me permito presentarlo aqui, aunque aclaro que no encuentro nada malo en que una persona consuma alcohol y se embriague, siempre y cuando lo disfrute como sea humanamente posible, me parece hasta agradable y es algo perfectamente natural que todos hacemos sin ningun prejuicio en una sociedad abierta y donde aspiramos a vivir y disfrutar de la vida en tolerancia y respeto.
He aquí como es que suena una persona cuando esta ebria, incoherente, juguetona, dicharachera, como sucede cuando nos embriagamos, la persona se muestra feliz:
Muy distinto a como suena Josefina Vázquez Mota:
Que evidentemente estaba cansada cuando daba la entrevista a Frente Al País, después de pasar una noche en el hospital donde estaba su hija, después de acudir a debates con sus contrincantes panistas, es natural que la precandidata seria captada en momentos de cansancio, lo cual es tal vez una llamada de atención a ser cuidadosa con su agenda para no exponerse en momentos de cansancio.
Vázquez Mota se suma a la lista de políticos que han sido blanco de ataques de Federico Arreola en su prolija carrera de periodista chantajista y golpeador: Felipe Calderón, Marcelo Ebrard y muchos mas contra quienes en diferentes momentos ha lanzado acusaciones de ser alcohólicos, aunque solo para desdecirse mas tarde, como lo hiciera en el caso de su acusación contra Felipe Calderón.
Federico Arreola cree verdaderamente, en su limitado criterio, que acusando a una persona de abuso de alcohol demerita su dignidad personal, sus habilidades, su entereza, algo que no es cierto, y esto solo evidencia que Arreola, aunque se dice de izquierdas, en realidad pertenece a una cultura moralina y retrograda que ha existido en México desde siempre en la derecha mas recalcitrante, a donde verdaderamente pertenecen Arreola y sus compañeros, una derecha que históricamente ha practicado una narcisista identificación con valores sociales etiquetados como “aceptables” o “positivos”, muchas veces anclados en resabios religiosos, autoritarios e inquisidores que arrastra nuestra historia, o en el prestigio económico o social.
En esta forma de pensar y ver la sociedad desde prejuicios preconcebidos, Federico Arreola no es mas otro peón retrograda e hipócrita de las ideas puritanas del clero y la derecha radical, al igual que el Padre Marcial Maciel y sus hordas fanáticas de legionarios de Cristo, exactamente la antítesis de las ideas progresistas y liberales de las sociedades modernas. Desde luego que esa cultura retrograda todavía persiste en muchos pueblos pequeños y provincianos de México a donde las ideas de tolerancia y respeto han tardado en llegar y donde la ignorancia es madre de los prejuicios, pero es chocante observarlos en individuos que viven en un lugar con diversidad y apertura, como la Ciudad de México.
Arreola y todos aquellos que acusan y apuntan con el dedo a personas de ser victimas del alcoholismo, no se diferencian en nada de los fascistas intolerantes que señalaban a los homosexuales o a las personas con discapacidades como incapaces de integrarse a nuestra sociedad y dignos de ser estigmatizados, etiquetados, desechados.
La ironía de este tipo de personajes es que se declaren de izquierda, que podamos observarlos entre grupos que se autonombran “progresistas”, que predican supuestas republicas amorosas mientras practican la intolerancia, la infamia y el prejuicio moralino. Lo cual es indicativo de que todo ese rollo de la izquierda y el amor no mas que una mera banderilla de adorno de quienes que solamente buscan el poder por el poder.
La pruebas en contra de un fraude en la elección del 2006 son abrumadoras. Presento aquí algunas de las más notables:
1)La alianza del peje no dijo nada sobre irregularidades graves el día de la elección ni los días siguientes. Las quejas comenzaron hasta que sabían que habían perdido.
2) Cuando se abrieron las casillas donde había ganado Calderón –y que fueron impugnadas por la alianza- a) no sólo no ganaron votos, sino que los perdieron; b) los errores en las boletas se distribuyeron por igual en todos los candidatos, dejando fuera cualquier sesgo sugiriendo un fraude.
3) Un fraude como el que se anuncia hubiera requerido un ejército de funcionarios y representantes de casilla convertidos en delincuentes electorales. Al día de hoy no se de nadie, pero absolutamente nadie que haya sido si quiera consignado por delitos electorales en esa elección.
4) La Alianza nunca pidió legalmente el recuento de todos los votos, de modo que la autoridad no puede proceder a favor de una petición que no existe
5) Por lo tanto Calderón no tiene ninguna injerencia en decir si quiere o no contar los votos. No depende de él. Lo que Calderón si retó al Peje fue a comparar las actas, y López Obrador se negó.
Ante esta abrumadora evidencia, creer en el Fraude no requiere sino de una fe irracional divorciada por completo de los hechos objetivos
AMLO Perdió
El día 3 de julio el Peje anunció en el noticiario matutino de Carlos Loret de Mola, que tres casas encuestadoras, según él, le daban la victoria en sus conteos rápidos. Se trataba del Instituto de Mercadotecnia y Opinión, de Parametría, y de Covarrubias y Asociados. Pero la primera encuestadora nunca dio a conocer públicamente sus resultados. Peor aún, las otras dos que habían sido contratadas por el Peje, ¡decían que el Peje había perdido! ¡Justamente lo contrario de lo que López anunciaba en cadena nacional! El peje mintió a propósito, descarada y cínicamente. Arreola también miente, puesto que él también vio esas encuestas. Covarrubias nunca dijo que la rata más destacada de la Macuspana hubiera tenido una ventaja de 500 mil votos. Lo que si dijo Ana Cristina Covarubias es que ella, personalmente, le dio el resultado de su conteo rápido a las 12 de la noche del dos de julio, y le dijo que Calderón había ganado. En pocas palabras, las dos encuestadoras contratadas por el Peje le dijeron que había perdido, y no obstante salió a decir que había ganado por 500 mil votos y a inventar el mito más grande de la historia moderna de México –ese y el chupacabras-: el fraude del dos de julio. Reto a Arreola a que contradiga una sola palabra de lo que he dicho. No lo hará, porque sabe que es verdad (y de ante mano digo que si vienen sus gatos a dar lata nomás los vamos a batear). López Obrador y Arreola son tal para cual. Ambos embaucadores y mentirosos.