Les paso de noche a muchos, pero en su anuncio formal de que perseguiría la candidatura del PRD para Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera agradeció al presidente Felipe Calderón por haberle permitido sostener el cargo de Procurador de Justicia del DF. Estas son las credenciales del ahora candidato perredista al DF, moderado, no izquierdista, que reconoce la autoridad del Presidente, dispuesto a negociar con quien sea para lograr sus intereses políticos.
Mancera además ha declarado no ser perredista, tampoco se ha declarado izquierdista, aunque ha prometido“como candidato externo…pero desde ahora asumo el compromiso de representar y defender de manera decidida los postulados y principios de los partidos progresistas de la ciudad”.
En el camino quedaron Carlos Navarrete, Alejandra Barrales, Marti Batres y algunas otras candidaturas que en realidad fueron mas bien payasadas, como Gerardo Noroña.
Miguel Ángel Mancera tiene de izquierda lo que yo tengo de astrónomo, su postulación por encima de connotados perredistas y gente de izquierda tiene su origen en un intercambio de mercancías políticas entre un debilitado Lopezobradorismo y los ex salinistas Camacho Solís y Marcelo Ebrard que tienen bien agarrado eso que todavía le llaman izquierda en la capital de país y que se frotan las manos ante la próxima derrota del tabasqueño y la ineludible extinción de su movimiento porque miran la franquicia perredista como un botín aprovechable para su propio proyecto político.
Miguel Ángel Mancera es tan solo un alfil de estos dos mercenarios de la política mexicana que desde que salieran del PRI han deambulado por cuanto partido les ha dado oportunidad de traficar con intereses y jugarretas político electorales, ni a Camacho Solís ni a Ebrard les importa un rábano la izquierda y sus ideales de igualdad, de hecho ambos son mas bien de derecha en sus posicionamientos económicos y sociales, aunque hipócritamente hallan gobernado la Ciudad de México con supuesta bandera progresista, pero con mimosos acercamientos a los banqueros y grandes empresarios de la ciudad y el país.
El nuevo candidato de izquierda al DF no representa a izquierda alguna, ni progresismo que valga y tanto los tradicionales Chuchos como el lumpen del lopezobradorismo jugaran un papel marginal en la toma de decisiones de la izquierda en la ciudad. Si Mancera gana las elecciones, el centro de poder se moverá aun mas hacia esa junta, Camacho Solís y Marcelo Ebrard cambiarán las piezas del tablero detrás de Mancera.
Los comenzales y las ratas comenzaran a abandonar los descalabrados barcos del lopezobradismo, después e inclusive antes de su derrota, Ebrard y Camacho Solís, los nuevos señores de la “izquierda” en el país contaran con amplio poder político, y muerto el perro y la rabia, pondrán su vista hacia el 2018, cuando probablemente Ebrard tomara la candidatura del PRD a la presidencia.
En todo este juego maquiavélico, López Obrador, es tan solo un muñeco manipulable, sus afanes de liderazgo popular, su rosario de incongruencias y banalidades de Morena, a la cual ni Camacho ni Ebrard jamás se unieron, su “proyecto alternativo de nación”, su republica amorosa, su constitución moral, son la burla y la risa de los camachistas. Nadie sabe para quien trabaja.
La pruebas en contra de un fraude en la elección del 2006 son abrumadoras. Presento aquí algunas de las más notables:
1)La alianza del peje no dijo nada sobre irregularidades graves el día de la elección ni los días siguientes. Las quejas comenzaron hasta que sabían que habían perdido.
2) Cuando se abrieron las casillas donde había ganado Calderón –y que fueron impugnadas por la alianza- a) no sólo no ganaron votos, sino que los perdieron; b) los errores en las boletas se distribuyeron por igual en todos los candidatos, dejando fuera cualquier sesgo sugiriendo un fraude.
3) Un fraude como el que se anuncia hubiera requerido un ejército de funcionarios y representantes de casilla convertidos en delincuentes electorales. Al día de hoy no se de nadie, pero absolutamente nadie que haya sido si quiera consignado por delitos electorales en esa elección.
4) La Alianza nunca pidió legalmente el recuento de todos los votos, de modo que la autoridad no puede proceder a favor de una petición que no existe
5) Por lo tanto Calderón no tiene ninguna injerencia en decir si quiere o no contar los votos. No depende de él. Lo que Calderón si retó al Peje fue a comparar las actas, y López Obrador se negó.
Ante esta abrumadora evidencia, creer en el Fraude no requiere sino de una fe irracional divorciada por completo de los hechos objetivos
AMLO Perdió
El día 3 de julio el Peje anunció en el noticiario matutino de Carlos Loret de Mola, que tres casas encuestadoras, según él, le daban la victoria en sus conteos rápidos. Se trataba del Instituto de Mercadotecnia y Opinión, de Parametría, y de Covarrubias y Asociados. Pero la primera encuestadora nunca dio a conocer públicamente sus resultados. Peor aún, las otras dos que habían sido contratadas por el Peje, ¡decían que el Peje había perdido! ¡Justamente lo contrario de lo que López anunciaba en cadena nacional! El peje mintió a propósito, descarada y cínicamente. Arreola también miente, puesto que él también vio esas encuestas. Covarrubias nunca dijo que la rata más destacada de la Macuspana hubiera tenido una ventaja de 500 mil votos. Lo que si dijo Ana Cristina Covarubias es que ella, personalmente, le dio el resultado de su conteo rápido a las 12 de la noche del dos de julio, y le dijo que Calderón había ganado. En pocas palabras, las dos encuestadoras contratadas por el Peje le dijeron que había perdido, y no obstante salió a decir que había ganado por 500 mil votos y a inventar el mito más grande de la historia moderna de México –ese y el chupacabras-: el fraude del dos de julio. Reto a Arreola a que contradiga una sola palabra de lo que he dicho. No lo hará, porque sabe que es verdad (y de ante mano digo que si vienen sus gatos a dar lata nomás los vamos a batear). López Obrador y Arreola son tal para cual. Ambos embaucadores y mentirosos.