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sábado, 7 de enero de 2012

Los Dilemas de Josefina Vazquez Mota


Por Max Emmanuel Díaz Trejo

Josefina Vazquez Mota enfrentará varios dilemas.

En caso de ser electa, deberá escoger entre:

A)     La “costumbre” de algunos de los grandes candidatos panistas (Clouthier, por ejemplo) a hacer campaña “por fuera” del partido y relegar a la dirigencia partidista. Esto con las consecuencias que pueden ser ganar la presidencia alejándose del partido y que las cosas sigan como están, con un PAN que se sigue sintiendo oposición y que regatea su apoyo. O perder la presidencia debido a la división,  a la soledad y falta de apoyo a su candidatura

B)      Hacer campaña con el PAN, incluyendo a la dirigencia y desde luego, a la presidencia que manejarán a su antojo la campaña. Provocando que Josefina quede en un lejano segundo o incluso tercer lugar. 

Por otro lado, Josefina se enfrentará a la misoginia y el rechazo de sectores no sólo del PAN sino de cualquier partido político, de la sociedad y sobre todo de los medios.

Inevitablemente, será golpeada, sacándole fantasmas como Elba Esther Gordillo y una supuesta anorexia que fue reportada por vez primera por el periodista Raymundo Riva Palacio: 
El  segundo dilema será si utiliza el discurso de género, que al ser México un país donde existen más mujeres que hombres puede ser un discurso exitoso, o al usarlo podría perder a un cierto grupo de votantes, en su mayoría hombres (aunque también mujeres) que se sentirían relegados y hasta discriminados. O no utilizarlo y dejar en apariencia, relegadas a las mujeres.

Y después de todo esto, deberá enfrentarse a un tercer dilema: deslindarse de la administración calderonista, o pugnar por la continuidad que no el continuismo.

Si el PAN quiere tener posibilidades, deben lanzarla ya, pues es la única precandidata de cualquiera de los tres partidos, que tiene un  crecimiento sostenido. Si Josefina quiere ganar, deberá tomar definiciones y lanzar sus propuestas ya, de lo contrario, se quedará rezagada frente a los dos precandidatos únicos, que tienen más de cinco años en campaña.

No la tiene fácil, como se le vea, inicia muy cuesta arriba. Como la única candidata en nuestra historia con posibilidades reales de ganar la presidencia, tiene que aprovechar al máximo la poca exposición mediática que tienen de aquí al arranque de las campañas y proponer, algo que sus contrincantes no han hecho hasta ahora, o han propuesto ideas fantasiosas y completamente irrealizables.