¿Podría genuinamente desear un buen año a López Obrador? Desde luego que sí. Espero encuentre la resignación, tanto él como sus seguidores, para dejar de buscar el sabotaje del país tan solo para abonar a su proyecto político.
2011 será un año eminentemente electoral. Se decide la elección en el Estado de México y se prepararán las candidaturas para su contraparte presidencial del 2012.
La reacción que se seguirá en los foros parece decepcionantemente predecible: una descalificación neurótica de los opositores a López Obrador y la voluntad de reventar el medio si no se le puede dominar. Quienes debatimos con tanta pasión en los foros tendremos que esforzarnos por mantener cierto nivel de utilidad, debate e información en su interior. No va a ser fácil.
Por suerte no estoy solo. Un grupo excelente, excepcional de individuos me acompañan en este esfuerzo por colaborar constructivamente en la consecución de un mejor país. Su compañía fue, de una manera u otra, feliz resultado del año pasado. Su amistad es una prioridad a cultivar durante este 2011.
En 365 días y 912 millones de kilómetros recorridos en nuestra órbita alrededor del Sol, la Tierra nos volverá a encontrar justo en este lugar. Espero verlos a todos conmigo.
